Osteopatía
El término proviene de las palabras griegas “osteo” o hueso, y de “pathos” o sentimiento.
La osteopatía busca cualquier alteración en la movilidad de los tejidos corporales tratando al cuerpo como un todo y no como un conjunto de sistemas ya que todas las partes del cuerpo están relacionadas.
Se basa en la idea de que el correcto funcionamiento del organismo rige la buena salud del individuo y evita la enfermedad. Y de que el cuerpo contiene los elementos necesarios para la autocuración, por lo que al restablecer el equilibrio mecánico del conjunto de los tejidos corporales musculoesqueléticos, viscerales, nerviosos, circulatorios, etc. se facilita ese mecanismo interno de autorregulación en cualquier patología.
Se consigue mediante la aplicación de técnicas puramente manuales dirigidas a los tejidos identificados como patológicos en el diagnostico funcional.
El examen osteopático va a evidenciar todas las alteraciones mecánicas del aparato locomotor (huesos y músculos), del cráneo y del sistema visceral. En la parte terapéutica, se aplicará una serie de técnicas adaptadas al diagnostico previo.
El tratamiento osteopático puede ser aplicado en:
- Cervicalgias, tortícolis.
- Vértigos.
- Lumbalgias.
- Ciática.
- Esguinces.
- Cefaleas.
- Migrañas, jaquecas.
- Digestiones pesadas.
- Gastritis.
- Hernias de hiato.
- Reflujo.
- Estreñimiento.
- Problemas ginecológicos.
- Problemas de ATM.
Algunas CONTRAINDICACIONES al tratamiento osteopático mediante manipulación articular, es decir, haciendo sonar la articulación en ciertas patologías como son:
- Fracturas, esguinces grado 3, luxaciones.
- Tumor o cáncer.
- Pelviespondilitis anquilosante, artritis.
- Aneurismas.
- Osteoporosis importante.
- Malformaciones estructurales de la base del cráneo.
- Histeria.
- Parálisis.
Pudiendo aplicar otras técnicas que no impliquen chasquido articular en algunas de estas patologías por parte del terapeuta.